San Juan Bautista
24 de junio
Los invito a preparar los corazones para celebrar la fiesta de nuestro Santo Patrono: “San Juan Bautista”, domingo 24 de junio con la misa de la hora 10.00 presidida por mí y a la hora 17.00 presidida por nuestro Obispo donde celebraremos también el Sacramento de la Confirmación.
Luego de la misa de la tarde compartiremos en nuestro salón parroquial un rico chocolate caliente con torta frita.
San Juan Bautista fue elegido por Dios para preparar el corazón de su pueblo para la venida del Mesías, el Salvador.
Juan llamaba al pueblo a la conversión, a cambiar su corazón para que la llegada de Cristo encontrara eco en cada uno de ellos. Juan vivió de una manera muy austera y en continua relación con Dios y así preparaba su corazón para la misión encomendada.
Mucho tiempo había pasado y muy pocos quedaban con la esperanza de la llegada del Mesías al mundo, solamente los pobres de Yavé, un resto del pueblo mantenía la esperanza viva en su corazón.
Juan con el llamado al Bautismo para la conversión de los pecados, reaviva en el pueblo a muchos hombres y mujeres la fe adormecida. La noticia que él anuncia, crece y llega a su punto máximo cuando Jesús quiere recibir el bautismo desciende sobre Él el Espíritu Santo y se escucha la voz de Padre. “Este es mi Hijo el amado, escúchenlo” y también cuando el mismo Juan lo señala como el “Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”.
Cada cristiano hoy en la realidad que vivimos debemos ser como Juan, portadores de esperanza, voces que gritan en el desierto, que Jesús es el único camino de salvación y que con su vida nos da el perdón y nos ayuda a enfrentar con una fe firme las dificultades de la vida. Jesús ayuda a cargar nuestras cargas personales, no quiere que esperemos de Él una especie de mago solucionador de problemas, espera hermanos que se acerquen a Él con un corazón capaz de descubrir el amor que derrama día a día por cada uno de nosotros.
¡Qué lindo sería!, que un pueblo que en su nacimiento llevó el nombre San Bautista pudiera retornar a la fe, al camino del Señor, sin dejarnos engañar por las fantasías que nos ofrece este mundo y el individualismo que muchas veces vive en nosotros que no nos deja mirar más allá de nuestra realidad y de nuestros caprichos.
Reavivemos nuestra fe, consolidemos nuestro compromiso con Cristo y su Iglesia, sin importarnos que existan momentos que pareciera que gritamos en el desierto, recuperemos hermanos, nuestras raíces, que Cristo Vivo sea el centro de nuestra vida para que podamos juntos como comunidad ser una llama de esperanza para nosotros mismos y nuestros hermanos.
Es mi deseo que podamos vivir una feliz Fiesta Patronal que nos acerque cada vez más con la fuerza el Espíritu al camino de la plena realización palpitando el amor de Cristo que camina día a día a nuestro lado y nos espera para celebrar en familia la Sagrada Eucaristía.
Con cariño, Padre Jorge.